París es Chanel, Valentino, Rabbane, Chalayan, Givenchy o Giambattista Valli en una misma semana y probablemente todos ellos en un mismo día; así de simple, el Fashion Week parisino no tienen comparación con ninguna otra capital de la Moda.
Uno de los shows mas esperados y con denominación de origen francesa es el de Christian Dior, como ya todos sabemos (y sufrimos) han quedado atrás las espectaculares colecciones de John Galliano como director creativo de la marca. En esta temporada vimos la primera colección Prêt-à-Porter del nuevo diseñador de cabecera Raf Simons; algún tiempo atrás escribí que se me hacía una buena decisión por parte del corporativo designar a Simons como nuevo creativo de Dior y a pesar de esta colección, sigo creyendo que el diseñador tiene el nivel para lograr el éxito.
Hablando concretamente de la colección creo que el mayor problema es que las prendas no se identifican con el ADN de la marca, podría creer que estoy viendo piezas para H&M o Jil Sander, pero no para la grandiosa Dior. Creo que en esto reside el gran reto para Simons: absorber y entender el gen Christian Dior e imprimirle un poco de él. Algunos outfits que no considere tan desafortunados fueron los saco/vestidos hechos con una alta técnica de sastreado.
Mis esperanzas residen en que la colección Haute Couture presentada por Raf hace seis meses fue bastante buena para ser la primera, logrando un equilibrio de estilos muy interesante. No quiero imaginar la presión por la que será sometido si en la próxima semana de Alta Costura no nos deja sin aliento.
Siempre que hablo de esta Casa no puedo evitar escribir ¡Larga vida a Dior!
Abraham Cadena.
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